Dieciséis mujeres líderes Indígenas, Afrodescendientes y de comunidades locales emprendieron un viaje intercontinental con una diferencia horaria de dos dígitos para reunirse cara a cara por primera vez en Panamá el pasado mes de marzo.
Este taller de tres días es la primera reunión presencial de la Alianza de Mujeres del Sur Global (WiGSA, por sus siglas en inglés) que tuvo como objetivo la creación de su primer plan estratégico. Las participantes representaron 14 países de África, Asia y América Latina. Trece de ellas se reunieron en persona y seis por zoom.
«Nos veo como una hermandad, como un grupo de mujeres que quieren proteger a sus comunidades y ofrecer orientación sobre gobernanza e incidencia política, «dijo Loretta Alethea Pope, miembro de WiGSA y directora ejecutiva de la Fundación para Iniciativas Comunitarias (FCI) de Liberia.
WiGSA, lanzada durante la COP27 celebrada en Egipto, es la primera Alianza en su tipo, integrada por organizaciones, grupos y asociaciones de mujeres de base del Sur Global, que tiene como objetivo apoyar directamente el papel de las mujeres Indígenas, Afrodescendientes y de comunidades locales en la consecución de objetivos de conservación del clima, así como los derechos de tenencia de la tierra en Asia, África y América Latina (Leer el Llamado a la Acción de WiGSA).
«Las mujeres Indígenas, Afrodescendientes y de comunidades locales han sido invisibles para la comunidad internacional de donantes, e incluso para sus propias comunidades, como agentes de cambio, como actoras políticas que pueden contribuir a las políticas públicas. Por eso apoyamos la creación de WiGSA y su Llamado a la Acción dirigido a donantes, que describe cómo ellos pueden cambiar la brecha histórica al financiar y apoyar a este grupo de mujeres», dijo Omaira Bolaños, Directora de Justicia de Género de RRI.
Reunidas cara a cara por primera vez
Siendo la Ciudad de Panamá el hogar de los Pueblos Indígenas Embera y Guna, no había mejor manera de empezar el encuentro que con una ceremonia de agradecimiento a la Madre Tierra, la cual fue dirigida por Briceida Iglesias, reconocida como sabia Guna y miembro de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (CMLTM).
Tras la íntima ceremonia, los miembros de la Alianza compartieron sus historias y las luchas a las que se han enfrentado dentro de sus propias comunidades. Cada una escribió su nombre en un trozo de papel y lo pegó en un mapa del mundo, que acabó lleno de etiquetas de colores que empezaban en los Andes de Sudamérica y terminaban en el norte montañoso de Chiang Mai (Tailandia).
Tras conocerse, identificaron problemas comunes entre las tres regiones y propusieron una nueva estrategia de incidencia que será la hoja de ruta de la Alianza para los próximos años.
«Hablo en nombre de ocho millones de mujeres Indígenas sembradoras cuando digo que nos enfrentamos a complejas barreras y discriminación en todos los niveles (social, económico, racial). No se reconocen ni respetan nuestras normas, nuestra forma de gestionar el territorio, de aplicar nuestros conocimientos ancestrales,» afirmó Devi Anggraini, de la Asociación de Mujeres Indígenas del Archipiélago Indonesio (PEREMPUAN AMAN).