Es lunes, 14 de agosto de 2023, Cecilia Herrera, miembro de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM), va sentada en un miniván junto a la ventanilla, justo detrás del conductor. Sus compañeros de viaje son tres periodistas, uno del portal de noticias sobre conservación Mongabay, otro del periódico colombiano El Espectador y el tercero de la plataforma de periodistas Diálogo Chino, dedicada a cubrir temas medioambientales. En el miniván viajan también cuatro miembros de la Iniciativa para los Derechos y los Recursos (RRI), incluyéndome. El coche se dirige a la finca El Refugio, en Santander de Quilichao, Cauca, donde nos reuniremos con los líderes de PCN y demás miembros de ASOM.
El día anterior, los disidentes del ya extinto grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) detonaron un carro bomba en el pueblo de Timba, en el norte del Cauca, matando a un agente de policía. El atentado formaba parte del llamado «plan pistola», que crearon en respuesta a la presión ejercida por el gobierno, contra el narcotráfico. Debido a este y otros ataques en diferentes sectores del departamento, el presidente colombiano, Gustavo Petro, celebra un consejo de seguridad en la capital del Cauca, por lo que se respira una tensa calma.
Cuando planeamos esta reunión, la semana anterior, pensamos en este día de manera muy diferente. Los periodistas y representantes de ASOM y PCN esperaban visitar el consejo comunitario de La Alsacia, ubicado en el municipio de Buenos Aires, lugar que lleva 22 años implementando una iniciativa de agricultura cafetera sostenible y de conservación de los bosques. Sin embargo, La Alsacia se encuentra dentro del municipio que fue atacado el día de ayer, así que en su lugar nos dirigimos ahora a esta breve reunión en Santander de Quilichao, Cauca.
En la reunión planeamos aprender sobre los esfuerzos de conservación ambiental, basada en los derechos, los cuales han sido liderados por consejos comunitarios de Pueblos Afrodescendientes del norte del Cauca y Buenaventura, quienes en 2022 formalizaron sus sistemas de conservación tradicionales en 15 áreas de conservación comunitaria en sectores que bordean el río Yurumanguí, las cuencas de los ríos Cauca y Calima y las microcuencas de los ríos Mazamorrero, Mayorquín, Payal, Raposo, Dagua y Teta.
Desde la carretera, Cecilia ve a un grupo de niños jugando en un pequeño arroyo. Uno de ellos sale del agua, con los pantalones cortos y la camiseta empapados, y se sube a una roca alta, lanzándose de nuevo al agua y salpicando a los otros niños. «Sí que saben vivir sabroso», dice Cecilia.
“Vivir sabroso” fue adoptado como lema de campaña por la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, una mujer afrodescendiente que comenzó su carrera como lidereza en la misma organización a la que pertenece Cecilia: ASOM. Este eslogan también representa una filosofía de vida para los Pueblos Afrodescendientes de Colombia. Vivir sabroso no se trata de contar con riqueza, sino vivir sin miedo, con dignidad y acceso a sus derechos y a su territorio. Esta filosofía ha guiado la vida y el trabajo constante de las líderezas de ASOM y PCN en medio de la violencia permanente, generada por los frecuentes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad del Estado, las bandas ilegales, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC.
Las 15 áreas protegidas comunitarias creadas por los Pueblos Afrodescendientes de la región forman parte del Chocó Biogeográfico, un conjunto de territorios formado por bosques húmedos tropicales, manglares, arrecifes de coral y pastos marinos. Todos albergan ecosistemas claves para la mitigación y adaptación al cambio climático. De hecho, más del 25 por ciento de las especies animales y vegetales de la región son exclusivas de esta parte del mundo. Sin embargo, a pesar de su enorme valor ecológico, la extracción y el comercio ilegales de oro, madera y recursos pesqueros, así como los cultivos ilegales de coca y la tala para la ganadería han provocado la pérdida de biodiversidad y el debilitamiento de las estructuras sociales, así como de las tradiciones culturales y la gobernanza de las comunidades locales. Los Pueblos Afrodescendientes han protegido estos aspectos de sus comunidades durante siglos, pero ahora luchan por mantenerlos intactos.