El pasado 14 de julio, se encontró el cuerpo de Mariano Isacama Feliciano a orillas del río Yurac, un afluente del Amazonas en el departamento peruano de Ucayali. Él era defensor de derechos humanos del Pueblo Indígena Kakataibo y antes de su muerte había estado trabajando con su comunidad para oponer resistencia a la presencia de madereros ilegales.
Según diversos informes de prensa, el cuerpo de Mariano presentaba señales de tortura. En un comunicado, varias organizaciones Indígenas de Perú repudiaron el asesinato y “la reacción lenta de las autoridades del Estado peruano” frente a las múltiples amenazas contra él, así como a sus muchas peticiones de ayuda.
Mariano Isacama Feliciano es uno de al menos 34 líderes de comunidades indígenas que han sido asesinados en la Amazonía peruana desde 2013, debido a conflictos con actores ilegales que realizan actividades en territorios indígenas. Este asesinato forma parte de un patrón mundial de amenazas y violencia dirigidas a los defensores de las tierras y del medio ambiente, en especial los Pueblos Indígenas, los Pueblos Afrodescendientes y las comunidades locales que defienden sus territorios, los cuales a menudo coinciden con zonas ambientalmente sensibles. La violencia y los ataques perpetrados contra los defensores de estas comunidades han venido en aumento, frente a la extracción ilegal de recursos, el tráfico de drogas y otras actividades delictivas y criminales en tierras boscosas y áreas biodiversas, lo que incluye lugares en Colombia, Perú, Brasil, la República Democrática del Congo (RDC) e Indonesia.
Como respuesta, comunidades, como los Kakataibos en Perú, están tomando medidas para protegerse. Estas comunidades están utilizando métodos que hacen énfasis en las acciones colectivas comunitarias, en lugar de centrarse en la defensa a nivel individual. Entre estas acciones se incluyen el establecimiento de guardas o patrullas indígenas, el uso de tecnología como drones para monitorear los ingresos y las salidas de sus tierras, estrategias de defensa legal, y acciones de promoción y defensa en los ámbitos internacional y mundial. Todo esto se lleva a cabo para proteger a las comunidades contra amenazas externas, teniendo presente que, en gran medida, su supervivencia está en sus propias manos (ya que, a menudo, los gobiernos no desean o no pueden proteger estas comunidades).
Debido a la función vital de los Pueblos Indígenas, los Pueblos Afrodescendientes y las comunidades locales en la protección de los bosques vulnerables y la biodiversidad, sus medidas de protección colectiva también son esenciales para luchar contra el cambio climático y la pérdida de la diversidad biológica. Sin embargo, estos temas rara vez reciben atención en las negociaciones mundiales. En parte, esto se debe a que los gobiernos y los entes internacionales “aíslan” el clima, la corrupción y los derechos humanos como asuntos separados que ignoran lo profundamente entrelazados que están estos temas en muchos contextos, especialmente en países con bosques tropicales.
Esto podría comenzar a cambiar en la próxima Conferencia de las Partes (COP16) del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, así como en la Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Ambos eventos representarán oportunidades muy importantes para demostrar que no podemos proteger el clima y la biodiversidad sin garantizar también que las comunidades de primera línea se pueden proteger a sí mismas.
Asimismo, muchas organizaciones ya se encuentran apoyando las medidas de protección colectiva. Entre estas se encuentran las siguientes:
- La ONG con sede en Bruselas llamada Protection International, que ha realizado labores importantes en esta área y ha elaborado un marco de protección colectiva.
- La Iniciativa de Tolerancia Cero, una coalición de organizaciones que trabajan para poner fin a los abusos y las violaciones de derechos humanos en las cadenas de suministro de las corporaciones. Esta iniciativa publicó recientemente un informe que relata diversos ejemplos de esfuerzos de protección colectiva en América Latina.
- El Accountability Research Center, que ha realizado labores muy importantes sobre la protección colectiva en Colombia.
- RRI también ha apoyado las labores de protección colectiva que han realizado varios socios de trabajo en América Latina, tal como el Proceso de Comunidades Negras (PCN) en Colombia, que está llevando a cabo iniciativas de conservación basada en los derechos, a pesar de las amenazas que impone la extracción ilegal de oro, madera y recursos pesqueros, así como la tala de bosques y el cultivo de coca.
El apoyo a la protección colectiva se ajusta de forma natural al enfoque de RRI sobre la tenencia comunitaria de la tierra y la conservación basada en los derechos. Los socios de trabajo y los colaboradores de las coaliciones de comunidades indígenas, afrodescendientes y locales están solicitando a RRI que dedique más esfuerzos para abordar las amenazas que enfrentan estas comunidades. En efecto, hay más cosas que podemos hacer, lo que incluye la ampliación de nuestras labores en África y Asia, así como la elaboración de una estrategia específica de protección colectiva que apoye y complemente el trabajo de RRI sobre la conservación basada en los derechos.
Por ejemplo, RRI podría movilizar fondos a través de la Iniciativa Financiera para los Derechos Comunitarios a la Tierra y la Conservación (CLARIFI, por sus siglas en inglés) y dedicar esfuerzos para integrar apoyo a la protección colectiva, como uno de los componentes fundamentales de nuestras estrategias de financiamiento, investigación y defensa para promover la tenencia comunitaria de la tierra.
CLARIFI responde a las dinámicas territoriales en una variedad de ecosistemas de todo el mundo al apoyar la conservación autodeterminada y las prioridades relacionadas con el clima en las comunidades. Esto incluye la función tan importante que desempeñan los defensores ambientales y de derechos humanos para el bienestar de las comunidades. El apoyo prestado a los defensores y su conocimiento sobre la defensa colectiva, a través del apoyo legal y de defensa, así como de viviendas seguras, es uno de los seis planes de financiamiento propios de CLARIFI.
El mundo necesita abrir los ojos ante situaciones como la que cobró la vida de Mariano Isacama Feliciano, para así ver lo que realmente está sucediendo en los bosques tropicales y las áreas biodiversas más críticas para salvar el planeta. Los donantes internacionales también deberían comenzar a considerar que la protección colectiva es un componente esencial de la mitigación del cambio climático, la conservación y la protección de la diversidad biológica.
Tanto la COP16 como la COP30 representan oportunidades importantes para que se establezca esta interrelación. Si los gobiernos y los donantes no pueden o no quieren toman medidas, las comunidades se defenderán a sí mismas.