Décadas después de que el mundo adoptara la hoja de ruta más completa sobre los derechos de las mujeres, el nuevo informe de RRI advierte la persistencia de desafíos para la garantía de los derechos de las mujeres Indígenas, Afrodescendientes y de comunidades locales.
Este artículo de opinión de Omayra Casamá y Sara Omi fue publicado originalmente en El País. Un futuro sostenible es aquel donde las voces de las mujeres Indígenas, Afrodescendientes y de comunidades locales no solamente se escuchan, sino que forman parte integral de la implementación de acciones significativas en materia de conservación y cambio climático.
Una declaración hecha pública en una rueda de prensa celebrada el 15 de junio resalta la importante traslape entre las tierras reclamadas por los Pueblos Afrodescendientes de América Latina y el Caribe y puntos críticos de biodiversidad del planeta, y pide la inclusión del término Pueblos Afrodescendientes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Para forjar el empoderamiento de las mujeres en todo el mundo, los gobiernos y los donantes deben actuar en favor de la justicia de género y poner urgentemente a disposición de las organizaciones de mujeres indígenas, afrodescendientes y de las comunidades locales de los países del Sur Global, que históricamente han recibido poco apoyo y financiación.
Sangre en la selva, exigimos justicia.
Los pueblos de la Amazonía y sus organizaciones, amenazados por una escalada de pandemias, convocamos a todos aquellos que sientan el llamado a trabajar juntos para proteger nuestros territorios de las crisis que nos amenazan, a participar del “El Grito de la Selva: Voces de la Amazonía” encuentro virtual en el que analizaremos y seguiremos construyendo propuestas para hacer frente a las pandemias del Covid-19, el extractivismo, el cambio climático, el patriarcado, los feminicidios, y los sistemas políticos que secuestran la democracia.